Definición y utilidades del juego simbólico en la educación infantil

Desde siempre los juegos se han mantenido en la lista de estrategias didácticas. Ellos permiten reforzar las diferentes etapas de crecimiento de los niños. Además, a través de estas actividades lúdicas se impulsa el desarrollo integral de los más pequeños. Desarrollo que parte desde el desarrollo físico y emocional. De aquí la importancia de integrar en la cotidianidad de los niños actividades como el juego simbólico.

Si no has escuchado sobre este tipo de juegos o quieres saber más, este artículo es para ti. A continuación hablaremos sobre qué es y para qué sirve el juego simbólico.

Observación y estimulación, ¿Qué es el juego simbólico?

El juego simbólico nace como una actividad espontánea. A través de ella los niños recrean lo que ocurre a su alrededor. Esto quiere decir que, a través de su capacidad mental, los niños imitan situaciones de la vida real, moviéndose constantemente entre dicha realidad y lo imaginario.

Vale la pena aclarar que al desarrollar este tipo de juegos, los niños no solo crean los escenarios, sino que también asumen roles dentro de ellos, ampliando así la perspectiva general que tienen sobre el mundo que los rodea.

Generalmente, el juego simbólico surge a partir de los 2 años de edad, cuando los pequeños comienzan a relacionarse con actividades cotidianas de los adultos. A medida que crecen, los niños podrán aumentar su percepción simbólica de lo que ocurre y empezar a establecer reglas propias de juego.

¿Para qué sirve el juego simbólico?

Ya que este juego establece nuevas perspectivas del mundo, los padres y las escuelas para padres podrán ponerlo en práctica en aras de obtener múltiples beneficios para el aprendizaje de los más pequeños.

En primer lugar, favorece el desarrollo social. Los niños y niñas que jueguen de esta manera adquirirán habilidades sociales como la empatía, la asertividad y la resolución de conflictos. En segundo lugar, el juego simbólico favorece la expresión y la autorregulación emocional.

Por último y en tercer lugar, les permite desarrollar la imaginación, la creatividad y la iniciativa personal. El juego simbólico es uno de los estandartes del aprendizaje significativo.

Actividades y ejemplos de juegos simbólicos

Los siguientes ejemplos de juegos simbólicos, aunque calan como actividades de juego simbólico para preescolar, serán muy útiles también a lo largo de la primaria. Además, fortalecerán el desarrollo de habilidades en niños con trastornos, como el trastorno del espectro autista.

¡Juguemos al restaurante!

A través de este juego los más pequeños podrán asumir roles de cocineros, vendedores y compradores. Jugar al restaurante les enseñará cómo dirigirse a los otros con respeto, cuáles son los tipos de alimentos que existen y cómo ser colaboradores.

Ahora es momento de los disfraces

Con este tipo de juego simbólico se incentivará, ante todo, la imaginación. Los niños pasarán horas de diversión imitando a sus personajes preferidos o creando mundos imaginarios fantásticos y sorprendentes.

¿Y el hogar? Simular los oficios de la casa

Otro juego simbólico muy común es simular las labores de los padres en el hogar. Así los niños se involucran en las actividades diarias como lavar los platos, barrer o trapear. Les incentivará a ser más colaboradores a futuro.

Conclusión

A modo de conclusión, la escuela de padres deberá recordar que el juego simbólico tendrá un alto impacto si los padres se involucran en él. Un niño aprende a través del ejemplo y el acompañamiento, así que no dudes en involucrarte en sus mundos imaginarios y decidirte a empaparte de su creatividad y diversión.

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