Importancia y beneficios de jugar en los primeros años de vida

Jugar es una actividad física y mental que realizamos principalmente para divertirnos. El juego en los primeros años de vida es recomendado para estimular aspectos del desarrollo físico y neurológico de las niñas y los niños, mientras se divierten.

El juego puede ser una actividad solitaria o comunitaria. Puede llevarse a cabo de manera muy dinámica a través del movimiento del cuerpo, o también de manera más calmada mientras se realizan actividades que estimulen el pensamiento crítico y creativo.

Este puede detonarse casi en cualquier momento y a través de diversos vehículos como son el cuerpo, la naturaleza, los materiales didácticos, los utensilios de la vida cotidiana, entre muchas otras herramientas.

¿Se puede aprender jugando? La respuesta es sencilla: ¡Si, si y si! Cuando el juego es de calidad, se convierte en un poderoso vehículo para el aprendizaje. A través de los escenarios lúdicos podemos generar un espacio seguro para desarrollar habilidades motoras, cognitivas, sociales y emocionales.

Por lo tanto, llevar el juego a la escuela o los espacios de aprendizaje es altamente recomendado en niveles iniciales y preescolares, pues el juego es la manera más natural en la que los niños y las niñas exploran su entorno.

La calidad de los momentos de juego puede verse afectada por el adultocentrismo y las rutinas que no son amables con el desarrollo integral de las niñas y los niños que acompañamos como docentes o padres.

Cuidar cada detalle de las intervenciones pedagógicas a través del juego es una manera de honrar los espacios para las infancias, ya sea en la escuela, el barrio o el hogar en compañía de los padres de las niñas y niños.

Lego Foundation nos recomienda cinco características que hay que tomar en cuenta para que el juego sea de calidad. Estos puntos convierten al juego en un vehículo para el aprendizaje.

Cada uno es importante y puede presentarse en distintos momentos del juego o en distintas fases de algún proyecto que estemos ejecutando de manera grupal.

Cuando el nivel de concentración es alto, y las ganas por ir más allá en los desafíos también, el aprendizaje llegará de manera natural.  Para ello, incorporar distintas herramientas y tecnologías puede ayudar a generar un involucramiento profundo en cada investigación.

Compartir nuestras ideas y perspectivas con otras personas es poderoso para alcanzar el aprendizaje.

Negociamos, explicamos, y llegamos a acuerdos cuando nos abrimos a la posibilidad de compartir en comunidad, mientras construimos habilidades de comunicación y trabajo en equipo, complementamos el aprendizaje de manera holística.

Aprender también es equivocarse. El aprendizaje iterativo clásico se trata de probar, hacer cambios y volver a probar.

La iteración construye el pensamiento crítico y alimenta la curiosidad por aprender por qué funcionan las cosas y cómo podemos mejorarlas. Además, nos relaciona de manera saludable con los errores, considerándolos parte importante del proceso de aprendizaje.

Disfrutar hace más emocionante el proceso de aprender, ya sea porque estamos lo suficientemente inmersos o inmersas, que cada progreso es una celebración; o porque, simplemente, la actividad que estamos realizando es placentera en sí misma. La alegría es una gran motivación para seguir aprendiendo.

Cuando una actividad tiene sentido y se trata sobre aquello que conocemos, el aprendizaje vendrá de manera natural y potente.

Hablar o resolver problemas que tienen que ver con la comunidad y contexto que nos rodea, hará que la tarea sea más significativa. Esto puede beneficiar a todos a nuestro alrededor, y a nosotros mismos, a través de proyectos relevantes.

Para explorar cada punto te recomendamos ver el siguiente video:  www.youtube.com/watch?v=a7wxxLAqQus

El juego…

• Estimula el desarrollo físico y cognitivo de los niños y niñas.
• Desarrolla el pensamiento crítico y creativo.
• Invita a los niños y niñas a prestar atención por más tiempo.
• Crea conocimiento significativo y profundo.
• Construye relaciones sociales cuando se comparten las ideas con otros y otras
• Fomenta la paciencia y el trabajo en equipo, pues en algunos momentos de juego es importante esperar turno y escuchar a otros/as.
• Involucra a los niños y las niñas en problemas reales de su entorno o comunidad.
• Permite incluir a todos y todas, pues cada momento de juego es flexible y adaptable, más si se incluyen las ideas y experiencias de los niños y niñas.
• Brinda alegría y placer mientras aprendemos.

Cuéntanos: ¿Cómo llevas el juego a tu escuela o comunidad?, ¿Crees que el juego debería estar más presente en los espacios de aprendizaje?, ¿Por qué?

Autora invitada: Alejandra Leal.

Alumna 2019 del programa de liderazgo en primera infancia de Enseña por México (Teach for Mexico). Content Executive para Twinkl México.